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Santa María, Madre de Dios, Envuélvenos en tu Corazón y Ora en Nosotros[1]
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La Señal de la Cruz
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Credo de los Apóstoles
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Oración Introductoria
Te saludo y te venero, Santísima Virgen María, como hija del Padre Eterno, y te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, para que yo te ofrezca con todo mi corazón, mi espíritu de Pobreza. Dios te salve…
Te saludo y te venero, Santísima Virgen María, Madre del Hijo Eterno, y te consagro mi corazón con todos sus afectos, para que yo te ofrezca con todo mi corazón, la castidad de mi corazón. Dios te salve…
Te saludo y te venero, Santísima Virgen María, como Esposa del Espíritu Eterno, y te consagro mi alma con todos sus poderes, para que yo te ofrezca con todo mi corazón, mi obediencia a la voluntad de Dios. Dios te salve…
Te saludo y te venero, Santísima Virgen María, como el Templo de la Santísima Trinidad, y te consagro mi cuerpo y alma, para que yo te ofrezca con todo mi corazón, mi Caridad. Dios te salve…
[1] Todo el rosario lo hacemos dentro del Corazón de María, en realidad vivimos dentro de él. Pero al rezar el rosario entramos como niños dentro de su Corazón, más conscientemente.

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MISTERIOS:
Al comienzo de cada misterio
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anuncia el misterio correspondiente,
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lee la lectura bíblica,
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se pide por la virtud correspondiente,
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se pide por las Intenciones Misioneras.
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se lee la contemplación
INTENCIONES MISIONERAS.
1o Por las Misiones y los misioneros en África y por las Hermanas MC, activas y contemplativas.
2o Por las Misiones y los misioneros en Asia y por los Hermanos MC, activos y los contemplativos.
3o Por las Misiones y los misioneros en Europa y por los Padres MC.
4o Por las Misiones y por los misioneros en América y por el Movimiento Tengo Sed.
5o Por las Misiones y los Misioneros en Oceanía, por el Santo Padre, el Obispo local, por toda la familia MC, los colaboradores, los LMC, y por el Movimiento Corpus Christi.
Mientras se medita cada misterio, se reza de la siguiente manera[1]:
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Un Padre Nuestro
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10 Ave Marías
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Un Gloria al Padre
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María Madre de gracia, Madre de Misericordia,
R: En la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora.
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La Oración de Fátima.
[1] Cada misterio se contempla, si es posible con los ojos cerrado, usando los sentidos internos, gustando, tocando, viendo, oyendo, oliendo.