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 ORACIONES DIARIAS

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LA NOVENA PERPETUA A SANTA TERESA DE CALCUTA

Santa Teresa de Calcuta, tú permitiste que el Amor Sediento de Jesús en la Cruz, se convirtiese en una llama viva dentro de ti, y así te hiciste la luz de Su Amor para todos. Intercede ante el Corazón de Jesús (menciona aquí el favor que deseas obtener).  Enséñame cómo dejar que Jesús penetre en mí y posea por completo todo mi ser, para que mi vida también pueda irradiar Su Luz y Amor a los demás. Amén.

 

Corazón Inmaculado de María, Causa de Nuestra Alegría, ruega por nosotros.

 

Santa Teresa de Calcuta, ruega por nosotros.

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EXAMEN DIARIO DE CONCIENCIA

Primer punto: Me pondré en presencia del Señor quien me Ama, quien está Sediento de mí. Le permitiré amarme y gozarse de mí tal como soy. 

 

Segundo punto: Le daré gracias a Dios, nuestro Señor, por éste Amor Incondicional, Amor Sediento que me muestra a través de todas las gracias espirituales y temporales que he recibido, especialmente desde que hice mi último examen de conciencia.

 

Tercer punto: Revisaré mi vida, hora por hora, o periodo por periodo, desde el momento que despierte en la mañana hasta que haga mi examen. Sobre todo examinaré el movimiento del Espíritu[1] (emoción, sentimiento) a través del cual Dios me habla hoy día.  Al ver mi vida tal como Dios la ve, intento escuchar sus gritos de Sed.  ¿De qué tiene Sed Dios, de mí hoy?

 

Cuarto Punto: Examinaré, antes que nada, mis pensamientos, luego mis palabras, después mis acciones. Reviso en qué forma rechazo la Sed de Dios y le doy vinagre a Su Sed. Le pediré sinceramente, perdón a Dios nuestro Señor, por todas las fallas que he cometido.  ,

 

Quinto punto: Finalmente, estando consciente de la Sed de Dios por mí, en mi miseria, le pediré al Señor la gracia de serle más fiel de ahora en adelante. Para colaborar con las gracias de Dios, intentaré proveer las dificultades que me esperan, desde el momento de este examen al próximo, y le pediré a Dios nuestro Señor que me ilumine y venga a socórreme cuando las enfrente. 

[1] Ver la regla de discernimiento de San Ignacio de Loyola

  MEDITACIÓN

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 MEDITACION

ORACIÓN DE PREPARACIÓN:

 

Oh Dios, creemos firmemente que estamos en tu Santa Presencia. Creemos que tú nos puedes ver y que en este momento tú ves lo más escondido de nuestros corazones.  Penetrados por ésta tu presencia Divina, te adoramos, oh Dios, con todas las facultades de nuestra alma. No somos dignos de aparecer ante ti y aún menos dignos de estar en comunión contigo. Estamos arrepentidos de haberte ofendido y te imploramos perdón por nuestros pecados, así como la gracia de hacer una buena y fructífera meditación. Te ofrecemos todos los pensamientos de nuestras mentes, nuestros afectos y todas las acciones de nuestras almas, implorándote que las llenes de tu Espíritu Divino.  Háblanos, Oh Señor, permítenos escuchar tu voz y estar atentos a tus santas inspiraciones. Habla, Señor, que tus siervos te escuchan. ¡Oh Jesús! Concédenos que tú seas el fin de nuestros pensamientos y afectos, el tema de nuestras conversaciones, el fin de nuestras acciones, el modelo de nuestra vida, el apoyo al momento de nuestra muerte, y el premio eterno en tu Reino celestial.  Amén.

 

MÉTODOS DE MEDITACIÓN

 

Hay diferentes métodos. Usted debe escoger el que le pueda ayudar.  Aquí presentamos tres posibles métodos que quizás le sirvan. Pero recuerde, la meditación no se trata solo de aprender o de hacer resoluciones, si no que se trata de una relación con el Señor. 

 

  1. Contemplación evangélica

 

  • Entrar en la presencia de Dios quien está Sediento por ti. 

  • Pedirle el Espíritu Santo.

  • Leer 2 o 3 veces el pasaje del Evangelio.

  • Cierra tus ojos e intenta usar tu imaginación para entrar en lo que el pasaje está narrando. Necesitas ver, oler, tocar, probar y escuchar lo que el pasaje te está presentando. Puedes ser uno de los personajes del pasaje. Tú hablas con Jesús y con los demás personajes del texto.

  • Después da gracias al Señor por este momento y pide la gracia de llevar a cabo en tu vida el encuentro que tuviste en este momento de oración.

 

   2.Meditar la lectura

 

  • Entrar en la presencia de Dios quien está Sediento por ti.

  • Pedirle el Espíritu Santo.

  • Leer de manera lenta el texto bíblico, dejando que te llegue profundamente, saboreándolo, probando la Palabra de Dios. Quedarte en un punto o momento cuando algo te llegue, y sólo continuar cuando ya no llegue más. 

  • Después de dar gracias al Señor por este momento, pide la gracia de llevar a cabo en tu vida el encuentro que tuviste mediante la oración. 

   3.Método Benedictino

 

  • Entrar en la presencia de Dios quien está Sediento por ti.

  • Pedirle el Espíritu Santo.

  • Leer el texto bíblico 2 o 3 veces de manera lenta.

  • Escoger una palabra que de resumen de lo que dice el texto o escoger la palabra que más te llegue del texto. Repítela con cada suspiro.

  • Después de dar gracias al Señor por este momento, pide la gracia de llevar a cabo en tu vida el encuentro que tuviste en este momento de oración. 

 

DESPUÉS DE LA MEDITACIÓN

 

¡Oh!, Santa Madre de Dios, pon tu manto de pureza sobre nuestras almas y preséntanos a tu Divino Hijo Jesús, danos a Jesús.

María, Madre querida, nos confiamos a ti, Santísima Madre, te imploramos nos des tu Corazón tan hermoso, tan puro, tan Inmaculado, tu Corazón tan lleno de amor y de humildad, que podamos recibir y llevar a Jesús con el mismo afecto con que tú lo recibiste y llevaste. 

Ven, Oh María, nuestra Reina y Madre, ven y recibe a Jesús que habita dentro de nosotros. 

Toma, Oh Señor, y recibe toda nuestra libertad, nuestra memoria, nuestra comprensión, toda nuestra voluntad, todo lo que tenemos y poseemos. Tú nos has dado todo esto; a ti Señor te lo regresamos, todo te pertenece; dispón de ellas según tu voluntad.  Danos tu Amor y tu Gracia, ya que sólo esto nos basta (San Ignacio).

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