

MISTERIOS LUMINOSOS

1er. El Bautismo de Jesús en el Jordán – Gracia a pedir durante el Misterio: Aceptar el Amor de Dios, gratitud. (Mateo 3:13-17)

Contempla la siguiente escena: Jesús llega al Jordán y pide bautizarse. Los cielos se abren y baja el Espíritu Santo y una voz se oye que dice: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias”. Ahora imagínate tú en el día del bautismo. Porque sucede lo mismo. El Cielo se abre, estaba cerrado por el pecado original para ti, y baja el Espíritu Santo, o sea el Amor Sediento de Dios, se derrama sobre ti. Y eres hecho hijo de Dios, la delicia del Padre. Deja que el Padre se deleite en ti. Él conoce tus defectos, miseria y pecados, pero solo quiere la oportunidad de amarte.
“Las mejores conquistas de almas que he logrado, las he conseguido por medio del rezo devoto del Santo Rosario”.
San Antonio María Claret

2do. La Auto-revelación de Jesús en las bodas de Caná - Gracia a pedir durante el Misterio: Transformación, fidelidad. (Juan 2:1-8)

Contempla la siguiente escena: Jesús, María y los discípulos entrando en la boda, y tú con ellos. Mira la fiesta, la alegría, Jesús y los Apóstoles están también gozosos. A Jesús le recuerda la alegría de que hay en el Cielo por un pecador que se arrepiente. La fiesta que hace el Padre en el Cielo cuando uno de sus hijos regresa a su casa. En eso, María le dice a Jesús que no tienen vino. Y mira como Jesús hace llenar los jarrones y transforma el agua en el vino. ¿Qué hay que transformar en ti? Jesús desea, anhela transformar, el agua de tu tristeza en alegría, de tu miseria y defectos en santidad, si solo lo dejaras, si solo hicieras lo que Él te dice.
“Sobre la devoción de la Virgen y el rezo del Rosario se basa toda mi obra educativa. Preferiría renunciar a cualquier otra cosa, antes que al Rosario”
San Juan Bosco

3er. La Proclamación del Señor – Gracia a pedir durante el Misterio: Conversión. (Marcos 1:14-15)

Contempla la siguiente escena: Jesús está en la playa, hay un grupo de gente escuchándolo. Tú llegas y lo escuchas hablar, te mira a los ojos y te dice “Conviértete y cree en la Buena Nueva” ¿Convertirme, de qué Señor? de tu indiferencia a mi Amor, de no dejarte amar por mí, ¿Creer en que Buena Nueva? En la Buena Nueva de mi Amor Infinito, de mi Sed por ti, de mi Infinito Anhelo por ti.
“Con el Rosario se puede alcanzar todo. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que une el Cielo y la tierra, uno de cuyos extremos está en nuestras manos y el otro en las de la Santísima Virgen. Mientras el Rosario sea rezado, Dios no puede abandonar al mundo, pues esta oración es muy poderosa sobre su Corazón”.
Santa Teresita del Niño Jesús (Teresita de Lisieux)

4to. La Transfiguración del Señor – Gracia a pedir durante el Misterio: Encuentro vivo con el Señor, deseo de Santidad. (Marcos 9:2-8)

Contempla la siguiente escena: Jesús te invita a subir un monte alto con Él. A un lugar desértico, para estar a solas contigo. Te invita a un Encuentro intimo con Él. Él se te va a dar a conocer con todo su esplendor, Él quiere que lo conozcas de verdad. Él va a mostrarte Su Gloria, o sea, va a manifestarte Su Amor y Bondad. Fuiste elegido entre muchos para este encuentro. El deseó, anheló este encuentro desde toda la eternidad. ¿Estás preparado para este Encuentro? ¿Lo deseas? Ser cristiano es tener un Encuentro personal con Cristo, una experiencia de Su Amor y cercanía, eso es la fe según Papa Benedicto XVI. Pide la gracia de ese Encuentro, míralo ahí transfigurado y glorioso, manifestándote Su Amor.
“El Rosario es una muy excelente forma de oración meditada, compuesta a modo de mística corona”.
San Juan XXIII

5to. La Institución de la Eucaristía – Gracia a pedir durante el Misterio: Amor por Jesús en la Eucaristía. (Mateo 26:26-29)

Contempla la siguiente escena: Jesús esta con María, están hablando de su partida. A María se le caen las lágrimas. Pero Jesús la consuela. Le dice: -me voy, pero me quedo-. Me voy, pero me quedo más presente. Estoy tan Sediento de mis hijos, anhelo tanto la cercanía, la intimidad, el encuentro con cada uno de ustedes, que inventé una manera de estar verdaderamente presente en todas partes, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, todo yo entero. Recuerda que soy Emanuel: “el Dios con ustedes”. Aún más, soy el Dios en ustedes, porque me quedaré en un pedacito de pan, que podrán recibir y alimentarse de mí, para que yo pueda habitar en sus corazones.
“Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana (el Santo Rosario)”.
San Josemaría Escrivá